La voz popular ha hecho de este santo el patrón de los enamorados, posiblemente porque durante estas fechas en los países nórdicos los pájaros se aparean o porque, según una tradición, en el tiempo en que vivió san Valentín, en el que la religión cristiana estaba perseguida, él, a escondidas, casaba a las parejas de forma litúrgica.
Algunos creen que es una fiesta cristianizada del paganismo, ya que en la antigua Roma se realizaba por este tiempo la adoración al dios del amor, cuyo nombre era Eros, que han pasado a llamar Cupido. San Valentín goza de popularidad en buena parte de Europa.
¿Quién fue San Valentín?
Un sacerdote nacido en Roma a mediados del siglo III y que gozó de un gran prestigio. Aunque en un principio, el emperador Claudio II quiso ser su amigo, el ejército y el propio gobernador de Roma, Calpurnio, le obligaron a desistir y organizaron una campaña en su contra. Claudio no tuvo más remedio que dar marcha atrás y ordenar a Calpurnio que le procesara. Aquella misión la llevaría a cabo el lugarteniente Asterius.
Cuando Valentín fue llevado ante Asterius, éste se mofó de la religión cristiana y puso a prueba a Valentín. Le preguntó si sería capaz de devolver la vista a una hija suya que era ciega de nacimiento. Valentín aceptó y se obró el milagro. Asterius y toda su familia se convirtieron al cristianismo, pero Valentín no se salvó del martirio, ya que temiendo una rebelión del ejército, el emperador lo mandó ejecutar. Era el año 270.
Los restos mortales de san Valentín se conservan en la Basílica de su mismo nombre en la ciudad italiana de Terni. Cada 14 de febrero allí se celebra un acto de compromiso de parejas que quieren unirse en matrimonio al año siguiente.
El cazador de corazones.
Cupido es un travieso niño alado que se presenta armado de dardos, arco y flechas. Su propósito es “flechar” corazones y unirlos a través de ésta mágica acción invisible.
Mucho antes de la celebración del día de san Valentín, Cupido ya ocupaba un lugar protagonista en las festividades griegas y romanas dedicadas al amor y los enamorados. Era hijo de Afrodita, la diosa del amor, y los griegos lo llamaban Eros. Para los romanos Afrodita era conocida como Venus y su hijo Cupido.
Representa un símbolo del amor, lanzando flechas invisibles a sus víctimas que, inmediata e inexorablemente, caen en las redes del amor.
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