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jueves, 24 de diciembre de 2009

Que la suerte te acompañe…

Que la suerte te acompañe…

Dicen que “hay que salir a buscarla” y, como algunas otras fechas de marcado acento mágico, la Nochevieja se presta a los rituales que, si bien no garantizan el resultado, al menos predisponen a “lo mejor”. Predisposición positiva que, en tiempos de crisis y desánimo, como los actuales es de gran ayuda. Es algo así como una “vacuna” contra la desesperanza, razón suficiente como para ejercitarse en estas artes lúdicas y divertidas. Y, para colmo, ¡quién sabe…! Buena suerte.

Las 12 uvas.

Nadie sabe a ciencia cierta el origen de la costumbre. Unos mantienen que se inició, a principios del siglo XIX, por unos viticultores alicantinos que querían dar salida a un excedente de uva. Para otros, los inventores fueron los hebreos, que regalaban a sus invitados al final de cada año, una uva por cada hora que habían pasado juntos.

Brindar con cava.

Da buena suerte porque su origen está en evitar la muerte por envenenamiento. Los griegos cuando querían aniquilar a alguno de sus invitados, tras una suculenta cena, les obsequiaban con vino y unas gotas de veneno. Razón de más para que se generalizase el gesto de dejar beber primero al anfitrión. De ahí el brindis.

Lentejas mágicas.

Hay que tomarlas inmediatamente después de brindar con cava en el momento de cambiar el año. También se pueden tomar en la mañana de Año Nuevo. Garantizan suerte para todo el año. Una costumbre más arraigada entre los italianos.

Rituales varios.

- Tomar las uvas con las campanadas, brindar con cava o champagne, tirar un vaso de agua por la ventana, beber otro sorbo y arrojar la copa.

- Algo de oro. Colocar oro en la copa en el momento del brindis, mejor un anillo, y no sacar el oro hasta después de beber y abrazar a los presentes. Si es la alianza de boda se garantiza estabilidad matrimonial. Para asegurarse el amor de otra persona, meter el anillo en el momento del brindis en su copa y dejar que beba.

- Abrir las ventanas al recibir el año, para arrojar todo lo malo y dejar entrar lo bueno que viene. Además, tirar un vaso de agua por la ventana (sin mojar a nadie). Antiguamente, incluso arrojaban las copas usadas en el primer brindis del año.

- Escribir tres deseos en un papel, recibir el año con el papel en el zapato derecho, al menos uno de los deseos se cumplirá. Para que el año nuevo nos traiga dinero, meter un billete en el zapato.

viernes, 4 de diciembre de 2009

¡Siéntate y anda!

¡Siéntate y anda!

La Navidad es tiempo de solidaridad. Un slogan. Pero la solidaridad en mayúsculas está en el día a día. Diariamente las personas que tienen disminuidas sus capacidades físicas, psíquicas o sensoriales se enfrentan a barreras arquitectónicas y comportamientos incívicos. El 3 de diciembre es el Día Internacional de las personas con Discapacidad, en reconocimiento de los más de 37 millones de discapacitados que viven, sólo, en Europa.

Nuestra Constitución.

Basándose en el artículo 49 de nuestra Constitución, en el B.O.E. nº 103 de Abril de 1982 quedaron aprobados los “Derechos de los Discapacitados”. En él se dice, respecto a su movilidad y barreras arquitectónicas que…

La construcción, ampliación y reforma de los edificios de propiedad pública o privada, destinada a un uso que implique la concurrencia de público, así como… las vías públicas, parques y jardines, se efectuarán de forma tal que resulten accesibles y utilizables a los minusválidos”.

“En los proyectos de viviendas de protección oficial y viviendas sociales, se programará un mínimo de un 3 por ciento con las ca
racterísticas constructivas suficientes para facilitar el acceso a los minusválidos…”

“…se adoptarán medidas técnicas en orden a la adaptación progresiva de los transportes públicos colectivos”.

“Los Ayuntamientos adoptarán las medidas adecuadas para facilitar el estacionamiento de los automóviles pertenecientes a los minusválidos…

Desde la silla…

Hagamos un ejercicio imaginario. Pensemos en nuestra rutina desde una silla de ruedas:

Tengo suerte, la silla cabe en el ascensor de mi bloque y hay una rampa de salida a la calle. Voy a comprar el pan, el periódico y algo de leche en el súper: los respectivos escalones de acceso no me lo permiten. He de cruzar la calle para desayunar en la cafetería de mi calle: un coche estacionado en el paso de cebra me impide llegar al único desnivel de la acera en toda la calle. Otro escalón para acceder a la cafetería. Gestiones en el Ayuntamiento: escalinata de acceso, no hay ascensor para acceder a la primera planta. Imposible llegar allí porque hay dos tramos de acera por donde no cabe la silla. Cojo el coche, la plaza de aparcamiento para minusválidos está ocupada. Necesito sacar dinero del cajero: imposible acceder al banco. Los cajeros exteriores, demasiado altos. De vuelta a casa, un coche aparcado encima de la acera a unos metros de mi portal… y así un largo etcétera de “gestos solidarios”.