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domingo, 1 de marzo de 2009

El clima nos amenaza

MAR/09


El 22 de marzo fue declarado por la Asamblea General de las Naciones Unidas «Día Mundial del Agua» para el fomento de la conciencia pública con la conservación y desarrollo de los recursos hídricos. En ese día del 2005 dio comienzo la década 2005-2015 proclamada «Década del Agua». Motivo para reflexionar sobre dos cuestiones relacionadas con el agua que nos afectan, o nos afectarán, muy directamente.


El clima nos amenaza


La cuenca Mediterránea será una de las zonas más afectadas por el cambio climático global del planeta. Por sus características especiales sufrirá antes, y de manera más acusada las perturbaciones derivadas del calentamiento.

En un siglo se producirá un incremento de temperatura de 1 a 5,5 grados en la zona, que se traducirá en la reducción de precipitaciones, mayor impacto y duración de las sequías y en acontecimientos climáticos extremos como la «gota fría». Lloverá menos pero con mayor erosividad. Se reducirá la capacidad biológica del suelo de proporcionar humedad para las producciones agrícolas y la cobertura forestal. Además, se puede producir un incremento de la salinización por evaporación, lo que supondrá problemas a la agricultura, alteraciones y retrasos en los ciclos, incremento de plagas e invasión de especies.

La cuenca mediterránea pierde tormentas de verano mientras aumentan las torrenciales de otoño, lo que contribuye a inundaciones en el centro continental (esa masa de aire húmedo antes precipitaba aquí y ahora lo hace en otro sitio). Alteraciones provocadas por actividades humanas, principalmente la emisión de gases. También por la deforestación y la desertificación.

¿Qué podemos hacer?

El cambio climático ya es imparable y, por tanto sólo podemos adaptarnos a él o tamizarlo. La medida inmediata debe ser la reforestación porque cubre tres aspectos: la esterilización del suelo, la estabilización del ciclo hídrico y lo más importante, la fijación del CO2, que es el que provoca el efecto invernadero. Es necesario perturbar los bosques lo menos posible y comenzar a reforestar.

La sensibilización es también una alternativa importante. El 60 por ciento de la emisión de gases procede de un mal uso de los recursos energéticos domésticos y, si todos pensáramos en ahorrar dinero en consumo energético, tendríamos posiblemente, el 40 por ciento del problema resuelto.

“¿Qué será un grifo?”

21 y 22 de Marzo, «Día Forestal Mundial» y «Día Mundial del Agua».

Hagamos un ejercicio de imaginación, aunque de escaso rigor científico. Imaginemos vivir en un mundo futuro sin agua, sin árboles...

«Mes de marzo de 2070. Recuerdo cuando era niño..., había muchos árboles en los parques; las casas tenían bonitos jardines y podías ducharte durante una hora. Ahora, usamos toallas humedecidas en aceite mineral para asearnos.

Antes, todas las mujeres tenían bonitas cabelleras. Ahora debemos raparnos la cabeza para mantenerla limpia sin usar agua. Antes, mi padre lavaba el coche con una manguera...

Recuerdo aquellos anuncios y aquel slogan, ‘cuida el agua’; nadie hacía demasiado caso; pensaban que no podría agotarse. Ahora, ríos y acuíferos están contaminados o, peor aún, agotados. El desierto nos rodea. Las infecciones intestinales, las enfermedades de la piel y de las vías urinarias son las principales causas de muerte. La industria está paralizada y el desempleo es dramático. Las fábricas desalinizadoras son la principal fuente de empleo, te pagan con agua potable. Los asaltos por un bidón de agua son comunes. La ropa es de usar y tirar, lo que aumenta la cantidad de basura. Tuvimos que volver a los pozos ciegos porque las redes de alcantarillado no se pueden usar.

Los científicos investigan, pero no parece haber solución posible. No se puede fabricar agua. El aire también está degradado por falta de árboles. En algunos países quedaron manchas de vegetación con su respectivo río, zonas fuertemente vigiladas por el ejército. El agua es un tesoro muy codiciado, más que el oro o los diamantes. Aquí no hay árboles porque casi nunca llueve, y cuando llega a registrarse una precipitación, es ácida. Las estaciones del año están severamente transformadas por las pruebas atómicas y las industrias contaminantes del siglo XX.

Cuando mi hija me pide que le hable de cuando era joven, describo lo bonito que eran los bosques, la lluvia, las flores..., lo agradable que era darse un baño y poder pescar, beber toda el agua que quisieras… Cuando me pregunta por qué se acabó, no puedo evitar sentirme culpable. Pertenezco a la generación que terminó de destruir el medio ambiente. Ahora nuestros hijos pagan un alto precio...».